El problema vuelve cuando resulta que la sartén no tiene mango, pero en las instrucciones pone que hay que cogerla. Se acaban ahí las líneas rectas y la fábrica de causa-efecto habrá cerrado o se la habrán llevado a China.
Por otra parte todo me recuerda demasiado a Corto Maltés. Que seguramente era un pirata, y estaba mucho más gordo de cómo lo pintan. Pero después de todo, sale airoso de su zarzal, y yo me enredo en el mío, que es más pequeño.
La culpa de todo la tiene Corcobado, por ser tan sincero.
El problema de Corto Maltes es que nunca consigue salir de su zarzal
ResponderEliminarpero camina por el, y al menos su camino es ascendente, da al menos la sensacion de saber lo que hace
ResponderEliminarJo, me parece incluso irónica tu "actualización" (¿En el blog realemente se llama actualización o entrada?), peeero bastante genial.
ResponderEliminarHay un momento en el que toma ritmo de canción y todo, con aire planetero. (Ahora eso sí, opinar de piratas y sartenes... no mucho; de causa-efecto sí). Jojo