Llevaba un rato dando vueltas, ni ordenadas ni concéntricas, probablemente ni siquiera vueltas.
Un detalle se destacó sobre el fondo estampado de colores verano.
De vez en cuando venía por allí. Pero lo suficientemente poco como para no recordarla más allá de aquella sorpresa puntual, lo cual lo hacía al mismo tiempo trivial e importantísimo.
Me quedé mirando descaradamente, y después seguí dando vueltas. O ni siquiera eso.
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